Inconsistencia filosófica de Fernando Vallejo

Desde hace unas semanas quería dejar aquí algunas informaciones sobre diferentes temas que me han dado para reflexionar últimamente. En parte de pronto porque corresponden a preocupaciones que siempre he tenido y que ahora han estado en la actualidad. Una de ellas tiene que ver con la relación que se tiene con el país en el que se ha nacido y/o crecido y del cual heredamos una nacionalidad que va más allá de un papel o un cartón. El tema puede ser bastante extenso, así que por ahora quería simplemente reflexionar sobre la posición que adopta Fernando Vallejo al declarar no desear mas ser colombiano.

Mirando sus declaraciones (ver artículo) creo que antes que dejarse llevar por la controversia creada con argumentos pasionales y terminar discutiendo sobre patriotismo, entrando en polémicas estériles, y alimentar así ese lenguaje “guerrerista”, habría que discutir sobre la inconsistencia filosófica de la posición de Vallejo.

Cuando se lee la enumeración de quejas, que por cierto no pueden compararse con muchas otras injusticias más dramáticas que existen en Colombia, se puede comprender en parte que Colombia haya sido para él sinónimo de decepción. Sin embargo, a pesar de esas justificaciones pasionales, su posición es inconsistente.

Es inconsistente desde el momento en que deja de ser un criterio racional de crítica que puede fundamentarse en las realidades colombianas y se convierte en un rechazo fundamental hacia todo lo colombiano cuando el mismo nació colombiano. En otras palabras se puede rechazar una mala madre por sus actitudes prácticas pero no se puede negar tener sus características genéticas (por ejemplo). Cuando Colombia resulta que es un país imbécil, que debe rechazarse porque todo lo que de él proviene esta contaminado, es a él mismo a quien rechaza en primera instancia. Porque la identidad de cada uno es algo mucho más complejo y va más allá de lo que diga un papel y de lo que queramos reivindicar en un momento determinado de nuestras vidas.

Colombia es el lugar donde su cultura y su fuerza tienen su gestación. No sería Vallejo quien es hoy si no hubiese pasado por la prueba de ser colombiano, si sus papas no hubiesen sido quienes fueron y si no hubiesen tenido esa nacionalidad. Así como esa violencia e injusticia de las que habla Vallejo son colombianas, también lo son sus papas y otros tantos hombres y mujeres de bien. Por esa razón, así su gesto provenga de un dolor afectivo y su posición pasional tenga validez, esta no es compatible con la evaluación objetiva de los esfuerzos que se hacen en Colombia por salir adelante.

En el foro del periodico el Tiempo rescaté un comentario que me gustó de alguien bajo el pseudónimo de “buda” y que me parece que viene al caso.:

"Hay colombianos que se enorgullecen por se colombianos, hay unos que necesitan herramientas para mantener su fe, como las presentaciones de PowerPoint que nos dicen que somos el numero 1 en ranas. Hay quienes buscan un argumento sincero y no lo encuentran, hay unos que no deciden huir de la realidad que los vio nacer y conociendo los miles de defectos no reniegan de sus raíces."

También al respecto, leí un comentario de un poeta en el desierto que hace un paralelo muy interesante entre los sentimientos de apego a la patria y el sentimiento amoroso. Es sin duda una interpretación muy cercana de lo que evidencia Fernando Vallejo en sus declaraciones.