Terroristas de Civil

Cuando oigo esa frase y pienso que la dice un presidente, refiriéndose a un senador que lo ataca, en un país con tanto caos como el mío, entiendo que no saldremos del atolladero en muchos pero muchos años (ver noticia).

Porqué?

Porque el presidente de un país según yo debe tener cualidades en su temperamento para calcular el peso y las consecuencias de sus actos. Actos que deben ser concienzudamente reflexionados, calculados. Cuando se trata de hombres a la altura de las decisiones históricas que tienen que tomar no espero otra cosa. Ojo no se trata aquí de sentar cátedra sobre el ejemplo a seguir por nuestro mandatario. Ni se trata de probar su incapacidad congénita para lo cual sus detractores con agudo odio se han vuelto unos maestros. Se trata de levantar la mirada hacia un gesto que pasa desapercibido en un país de poetas como el mío.

Es lamentable que un presidente de cualquiera que sea el país y cualquiera que sea la tendencia política, utilice imágenes inconsecuentes y poco rigurosas para referirse a otro político (como lo es él mismo) porque se confrontan sus intereses. Dadas las condiciones actuales del término “terrorista” en el ámbito mundial, es una falta de responsabilidad y de altura diplomática limitarse a proferir opiniones sin una acción práctica que la acompañe.

Nuestro país bien conoce lo que es un terrorista y por lo tanto no tiene ningún sentido promover esa distorsión de la imagen entre aquellos que no empuñan literalmente las armas. Si tiene pruebas, el país no necesita que le hagan poesía, el país necesita acciones claras y definidas. Si habla del pasado su posición esta muy equivocada. Hay que asumir el presente con sus aciertos y desaciertos pasados, y juzgar los eventos actuales por aquello que en la práctica se discute. No se puede permitir que ante una acusación se desvíe la atención omitiendo presentar únicamente la argumentación precisa concisa y bien justificada que se le esta pidiendo.